domingo, 3 de enero de 2010

EL TERCER DÍA

Después de dos días de abstinencia voluntaria... voluntariamente obligada por el desenfreno que a lo largo de meses he tenido, compruebo con satisfacción que creía que me iba a resultar mucho más difícil cambiar esos malos hábitos a los que ya estaba acostumbrada. Y es que habituarse a algo bueno, no lo niego, para la salud pero peor para el paladar, no siempre es sencillo.
Sin embargo, tampoco puedo echar campanas al cielo porque hoy empiezo mi tercer día y si bien es cierto que el cambio brusco puede ocasionar una cierta ansiedad que nos recuerda constantemente todos los placeres que podíamos disfrutar, también la motivación inicial de conseguir nuestro reto y objetivo de perder esos kilos que nos sobran nos estimulan y animan a privarnos de esos caprichos, al menos temporalmente.
Durante estos días he encontrado una gran aliada: la verdura. En cualquiera de las comidas, ya sea almuerzo o cena, una menestra de verduras, una ensalada, unos espárragos, tomates... acompañado por una ración no excesivamente grande y preferiblemente a la plancha ya sea de carne, pollo, pescado... queso bajo en calorías, ¿por qué no?
Abusar de la verdura, no como acompañamiento sino como plato principal, lo que nos aportará, además de gran variedad de nutrientes, esa fibra tan beneficiosa para el organismo. Un plato a rebosar de verduras nos henchirá el estómago, alcanzando antes esa sensación de saciedad sin haber consumido una gran ingesta de calorías.
Y si entre comidas se nos abre el apetito ¿por qué no recurrir a una fruta del tiempo, eso sí, intentando evitar las de alto contenido en hidratos?
Crear un menú a medida, procurando descubrir nuevos sabores y dar un toque especial a nuestros platos. Ahí es nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario