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jueves, 2 de mayo de 2013

EL CHITOSAN y SU EFECTIVIDAD

¿Qué es el chitosan?
Seguramente ese nombre no sea nuevo para ti, ya que está en el mercado desde hace bastante tiempo.
Personalmente es de las pocas cosas que he probado, aunque reconozco que no soy demasiado constante para dar una opinión exacta. ¿Me parece efectivo? En fin, quizás pudo ayudar algo, pero no diría que el resultado fuera milagroso.
Sin embargo, en un folleto sobre plantas que había en una farmacia me encuentro una descripción sobre este producto, que bien mirado, tampoco creo que puede incluirse en ella ya que su procedencia es el crustáceo marino.
¿Qué es el chitosan? Es un producto que deriva de la chitina, un polímero natural que se extrae de las cutículas de crustáceos marinos. Se trataría del segundo polímero natural más abundante después la celulosa.
Es biodegradable y carece de efectos secundarios, razón por la que se emplea en el campo de la medicina, cosmética, nutrición...
Al ser fibra, no se absorben ni se digiere, y al llegar al estómago y encontrarse en un medio ácido en teoría debía atrapar a los lípidos que serán también eliminados por las heces sin que lo absorba el cuerpo. Es decir, reduce parcialmente la absorción de grasa aportada por la dieta, facilitando nuestra pérdida de peso.
La idea es buena, una sustancia que dificultaría que nuestro organismo utilizara toda la grasa, lo que le obligaría a utilizar otras fuentes de energía como los hidratos de carbono ingerido o nuestras reservas de grasa.
De nuevo recalco la palabra en teoría, el chitosan puede captar hasta cinco veces su propio peso en grasa, inhibiendo la absorción del 15-20% de la grasa ingerida a través de la alimentación.
Vemos que en la posología las cápsulas indican un contenido de 325 mg de chitosan.
He querido hacer la conversión de miligramos a gramos para hacernos una idea más real de lo que supone ingerir una sola pastilla a modo de ejemplo. 325 mg son 0,325g. Suponiendo en el mejor de los casos que la efectividad fuera cinco veces su peso, la cantidad absorbida de grasa apenas superaría el gramo y medio. Si tomamos dos pastillas, poco más de 3 g sería la grasa que el cuerpo no podría utilizar.
Tal vez esté equivocada pero me parece una verdadera miseria y, aún peor, muy contraproducente. ¿Por qué? Sencillamente porque cuando uno lee u oye que ayuda a reducir la absorción de grasa, quizás se toma un helado o un vaso de leche normal en lugar de hacerlo desnatado convencido de que su función no sea tan limitada.
No es la primera vez que oímos que la fibra acaba arrastrando consigo parte de grasa, tal vez el consumo de alimentos con alto contenido en fibra sería uno de los consejos de tener en cuenta si pretendemos adelgazar, sin necesidad de tener que gastar dinero comprando unas pastillas. De todos modos, ¿Quieres probarlo? Os dejamos dos enlaces a la herboristería CEBANATURAL:
Chitosan para el control de pesoControl de peso - Chitosan

sábado, 13 de abril de 2013

¿MEJOR PRODUCTOS LIGHT?

Cuando se nos presenta alguna dieta, sea nueva o, lo más habitual, la variación de alguna convencional, seguro que en algún momento se termina por mencionar la importancia de llevar una vida sana.
ElPozo Alimentación ha llevado a cabo una encuesta para estudiar los hábitos de salud en una muestra de 1000 personas de España de ambos sexos y edades comprendidas entre los 25 y 65 años.
Según indicaban los encuestados, el consumo de grasa y sal era elevado. De ellos, el 94,8% daba importancia a controlar la cantidad de grasa que consumía en su dieta, siendo 79,9% los que indicaban comprar productos con bajo o nulo contenido en grasa.
Seguro que al igual que yo, muchos de los estáis leyendo estas líneas intentáis disminuir la ingesta de calorías comprando productos que en su etiquetado pongan light.
Me doy cuenta de que no sé si asocio siempre de forma correcta el término light. Bajo en calorías, deduzco del libro LA CARA OCULTA DE ALIMENTOS Y COSMÉTICOS, escritos por Manuel Francisco Ortuño Sánchez, no siempre equivale a bajo en grasa, ya que si a un alimento cualquiera se le consigue disminuir la porción de grasa y/o hidratos de carbono, convertimos un producto normal en otro más o menos light al disminuir su aporte energético.
Según el autor del libro, lo más habitual es reducir o eliminar todos los azúcares añadidos, sacarosa o jarabe de glucosa, sustituyéndolos por edulcorante artificial.
También es común la reducción de grasa o sustituirla por grasa insaturada. El alimento perderá en sabor o textura y las empresas intentan paliarlo agregando diferentes aditivos. Un ejemplo muy interesante que se recoge en el libro es el caso del yogur con frutas. Las calorías de uno azucarado con sacarosa rondarían las 90 kcal a contraposición de las 50 de la versión light, es decir, la diferencia entre ambos es de tan sólo 40 kcal, lo que apenas supone nada en una dieta adelgazante (el caso sería distinto en personas con problemas de diabetes) a nivel energético. Sin embargo, en lugar de consumir los azúcares, sustancias naturales, ingerimos sustancias sintéticas como los edulcorante. ¿Compensa?
Quizás algún médico nutricionista pudiera alegar algún porqué. Particularmente, si pienso en vida sana, creo que es mejor optar por productos naturales y lo menos artificial posible.

sábado, 15 de octubre de 2011

TODAS LAS CALORÍAS NO SON IGUALES

Algunas calorías que comemos son más propensas a engordarnos que otras. Por ejemplo, ciertos alimentos utilizan más energía durante el proceso de digestión que otros. Cada vez que comemos, nuestro cuerpo debe quemar calorías para poder descomponer el alimento, empujarlo hacia los intestinos y absorber los nutrientes.
Los investigadores ahora saben que nuestro cuerpo quema aproximadamente unas 40 calorías más por comida si esa comida es rica en proteínas, que si se trata de una comida rica en carbohidratos o grasas.
También se sabe que los alimentos ricos en proteínas tienden a provocar un aumento lento y constante del azúcar en la sangre, en tanto que los carbohidratos provocan ese aumento en mayor grado y más rápidamente.
Cuanto más lentamente sube nuestro nivel de azúcar en la sangre, menos cantidad de hormona insulina deberá secretar nuestro páncreas para eliminarlo.
Entre otras cosas, la insulina precipita el almacenamiento de grasa y el apetito. Es por esto por lo que sentimos hambre poco después de comernos una rosquilla aunque contenga 400 calorías.

Los carbohidratos altamente procesados son casi lo peor que podemos comer cuando deseamos perder peso y verlos mejor. Todos estos carbohidratos están hechos con harina blanca y azúcar blanco, los cuales están muy procesados. Para obtener la harina blanca, el procesador parte del trigo, otro tipo de comida sana. Sin embargo, una vez retirada su cáscara, únicamente queda la parte que dentro del grano, que no contiene nada de fibra y muy pocos nutrientes. Es tan malo para nosotros como una tableta de azúcar. La falta de fibra y las muchas calorías de los carbohidratos procesados provocan que éstos aceleren el flujo sanguíneo más rápidamente que cualquier otro alimento que comamos.
Los investigadores han probado cientos de alimentos y los han clasificado según la velocidad con la que suben los niveles de azúcar en la sangre, en una escala denominada índice glucémico. Los alimentos que puntuar alto en el índice, como el azúcar o las patatas, suben el nivel de azúcar rápidamente. Los alimentos que puntúan bajo en el índice, como las judías y la mayoría de las verduras, provocan un aumento de los niveles de azúcar lento y constante.

La cafeína del café eleva los niveles del cortisol de la sangre, provocando que los niveles de azúcar en sangre se disparen y que la insulina aumente.
Un sustituto podría ser el té verde, que contiene suficiente cafeína para estimularnos pero no tanta como para elevar los niveles de cortisol. Además, aporta una dosis saludable de polifenoles anticancerígeno, los cuales, según la ciencia, estimula el metabolismo.
Fuente: Programa fisico y nutricional definitivo/ The Ultimate New York Body Plan,
libro escrito por David Kirsch

domingo, 17 de julio de 2011

RELACIÓN ENTRE CALORÍAS Y METABOLISMO

Cada vez son más las dietas que se alejan del pensamiento de que para adelgazar debemos controlar y disminuir el número de calorías ingeridas.
Hemos definido lo que son las calorías, así como la cantidad que nos proporcionan los diferentes nutrientes.
Sin embargo, somos conscientes que incluso en las dietas en las que no tenemos que contar calorías, podremos consumir pero no abusar de aquellos alimentos con alto nivel calórico.
Hemos encontrado un libro en el que se nos proporciona otra visión sobre las calorías.


Las calorías son importantes. Pero lo que marca una diferencia en términos del peso y de la salud no es la cantidad de calorías sino la clase de calorías que se consume.
Una caloría es simplemente una unidad de energía. Se define como la cantidad de energía requerida para elevar en un centígrado la temperatura de 1 g de agua a la presión atmosférica del nivel del mar.
Los alimentos nos dan calorías. Consumimos los alimentos y los procesos químicos que constituyen nuestro metabolismo separan esos alimentos y los convierten en energía. Lo que nos permite hacer todo, desde respirar hasta correr maratones, es la combustión de energía creada por nuestra máquina metabólica.
Los alimentos son nuestra gasolina. Consumimos calorías para que haya algo que quemar. Estas calorías del combustible son los que nos hacen funcionar.
Necesitamos cierta cantidad de insumo calórico solamente para que las funciones básicas del cuerpo estén funcionando. Y necesitamos calorías adicionales para hacer cosas como levantarnos o salir a correr.
Isaac Newton probó que toda la energía en el universo se conserva; esta es la primera ley de termodinámica. Si se aplica al peso y a lo que usted sabe de insumo calórico, esta ley sugiere que existe consume el mismo número de calorías que quemar, mantendrá el mismo texto. Si usted come más calorías de las que quemar, subirá de peso; si come menos que lo que, bajará del texto. Esto suena perfectamente lógico. ¿El problema? No es verdad.
Cuando se queman en un laboratorio, las calorías se comportan de igual manera, todas son iguales y liberan la misma cantidad de energía. Sin embargo, cuando hablamos del cuerpo humano, el metabolismo del cuerpo a seis en iguales y que tengan diferentes propiedades.
Las calorías que comemos se absorben a distintas velocidades y tienen diferentes clases de fibra, carbohidratos, proteínas, grasas y nutrientes, los cuales se traducen en señales metabólicas complejas que controlan el peso.
El metabolismo no es algo palpable, no se huele... pero actúa directamente y tiene un gran impacto sobre cómo se consumen las calorías en el cuerpo.
El azúcar de una gaseosa entre la sangre rápidamente mientras que la misma cantidad de azúcar en guisantes o frijoles entra en la sangre de espacio. Si tomamos una gaseosa todo el azúcar que contienen si va a la vez nuestro torrente sanguíneo y las calorías que no usemos en ese momento se almacenarán como grasa. Esa misma cantidad de azúcar si se absorben de forma más lenta podrá ser utilizada por nuestro cuerpo durante más tiempo. Esto significa que se quemarán más y se almacenarán menos calorías. Además, por el alto contenido de fibra de los frijoles, no todas se almacenarán.
La conclusión es que la clase de calorías que consumimos tienen un alto impacto sobre nuestro peso, porque los diferentes tipos de alimentos se metabolizan de forma diferente.
Lo que resulta más interesante es el hecho de que el tipo de calorías tiene un efecto sobre cómo funciona el metabolismo. El tipo de alimentos que comemos tiene un gran impacto sobre lo que nuestros genes le dicen al metabolismo que haga. Esto significa que los tipos de calorías que consumamos actúan como fuente de energía y también como fuente de información o de instrucciones a los genes que controlan el metabolismo.

Los genes controlan las características físicas, pero también controlan el flujo diario de instrucciones que regulan los aspectos de la bioquímica y la fisiología. Controlan la producción de hormonas, los mensajes químicos del cerebro, la presión arterial y el colesterol, así como el ánimo de los procesos de envejecimiento, e incluso juegan un papel en el riesgo de adquirir enfermedades como el cáncer o los problemas cardíacos.
Los genes juegan un papel especialmente importante en el control del metabolismo y del peso.

Los alimentos son más que simple energía o calorías, contienen información que se comunica a los genes y le da instrucciones específicas al metabolismo sobre lo que debe o no debe hacer.

Necesitamos comer en armonía con nuestros genes.
Algunos de nosotros necesitamos más grasa, proteínas y carbohidratos que otros. Necesitamos encontrar lo que nos sirve.

Una dieta de alimentos integrales es la mejor manera de ayudar a los alimentos a comunicarse con los genes uno de estos alimentos no están contaminados con grasas malas para la salud, carbohidratos refinados o alimentos manufacturados y el cuerpo no tiene idea de cómo debe procesar adecuadamente.


Tomamos como fuente el libro ULTRAMETABOLISMO/ULTRAMETABOLISM: UN PLAN SENCILLO PARA BAJAR DE PESO AUTOMÁTICAMENTE escrito por Mark Hyman,Maria Candelaria Posada

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