Los investigadores ahora saben que nuestro cuerpo quema aproximadamente unas 40 calorías más por comida si esa comida es rica en proteínas, que si se trata de una comida rica en carbohidratos o grasas.

Cuanto más lentamente sube nuestro nivel de azúcar en la sangre, menos cantidad de hormona insulina deberá secretar nuestro páncreas para eliminarlo.
Entre otras cosas, la insulina precipita el almacenamiento de grasa y el apetito. Es por esto por lo que sentimos hambre poco después de comernos una rosquilla aunque contenga 400 calorías.
Los carbohidratos altamente procesados son casi lo peor que podemos comer cuando deseamos perder peso y verlos mejor. Todos estos carbohidratos están hechos con harina blanca y azúcar blanco, los cuales están muy procesados. Para obtener la harina blanca, el procesador parte del trigo, otro tipo de comida sana. Sin embargo, una vez retirada su cáscara, únicamente queda la parte que dentro del grano, que no contiene nada de fibra y muy pocos nutrientes. Es tan malo para nosotros como una tableta de azúcar. La falta de fibra y las muchas calorías de los carbohidratos procesados provocan que éstos aceleren el flujo sanguíneo más rápidamente que cualquier otro alimento que comamos.
Los investigadores han probado cientos de alimentos y los han clasificado según la velocidad con la que suben los niveles de azúcar en la sangre, en una escala denominada índice glucémico. Los alimentos que puntuar alto en el índice, como el azúcar o las patatas, suben el nivel de azúcar rápidamente. Los alimentos que puntúan bajo en el índice, como las judías y la mayoría de las verduras, provocan un aumento de los niveles de azúcar lento y constante.
La cafeína del café eleva los niveles del cortisol de la sangre, provocando que los niveles de azúcar en sangre se disparen y que la insulina aumente.
Un sustituto podría ser el té verde, que contiene suficiente cafeína para estimularnos pero no tanta como para elevar los niveles de cortisol. Además, aporta una dosis saludable de polifenoles anticancerígeno, los cuales, según la ciencia, estimula el metabolismo.
Fuente: Programa fisico y nutricional definitivo/ The Ultimate New York Body Plan, libro escrito por David Kirsch
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