jueves, 27 de octubre de 2011

CARGA BIOQUÍMICA DEL ESTRÉS EN NUESTRO CUERPO

A modo de resumen, recogemos la acción del estrés:
de forma negativa en la absorción de nutrientes: debido a una menor oxigenación y circulación sanguínea gastrointestinal; por una menor producción de enzimas en el estómago, páncreas e hígado; y un menor flujo de bilis de la vesícula biliar.
Provoca una mayor expresión de nutrientes: pérdida de calcio, magnesio, potasio, zinc, Colombo, selenio y otros micro minerales a través de la orina.
Causan deficiencias de nutrientes: particularmente vitamina C, vitamina B, hierro, cinc y selenio.
Aumenta el nivel de colesterol del tipo LDL en sangre.
Aumentan los triglicéridos séricos durante la respuesta de estrés.
Se provoca una mayor agregación de plaquetas en la sangre, importante factor de riesgo en cardiopatías.
Causa una mayor retención de sal: puede producir hipertensión arterial.
Aumenta el cortisol: vinculado con el aumento de peso, la obesidad tanto mineral y la capacidad de bajar de peso o desarrollar los músculos. Su producción excesiva contribuye al envejecimiento prematuro del cuerpo.
Al mismo tiempo aumenta la producción de ácido clorhídrico, aumentando las probabilidades de sufrir úlceras.
Disminuye la densidad de la flora intestinal: el estrés destruye las bacterias intestinales beneficiosas. Esto puede dar lugar a problemas inmunológicos de la piel, deficiencias de nutrientes y trastornos digestivos.
Disminuye el suministro de oxígeno: dicho que influye en todos los aspectos del metabolismo.
Influye en la eficiencia térmica de forma desfavorable, de manera que disminuye nuestra capacidad de quemar calorías.
La hormona del crecimiento, importante para el desarrollo, la nación y el restablecimiento de tejidos corporales, se ve disminuida. Esta hormona ayuda a quemar grasas y desarrollar los músculos.
Disminuye nuestra secreción salival, con lo que tendremos menor capacidad de digestión y almidones y disminuye los factores inmunológicos orales.
Descienden la producción de hormona tiroidea, lo que puede hacer que disminuya la actividad metabólica en todo el organismo.
Aumenta el ritmo de deglución, lo que aumenta la posibilidad de trastornos digestivos.
Mayor tiempo de evacuación intestinal: puedes dar lugar a diarreas y a que emacropartículas de alimentos entren prematuramente en el intestino delgado; éste es uno de los factores que pueden contribuir a las alergias y sensibilidades alimentos y a distintas enfermedades.
Al aumentar también el tiempo de evacuación intestinal puede dar lugar a estreñimiento, factor de riesgo de las enfermedades del colon.
Ya lo hemos indicado anteriormente, existe un aumento de alergias y sensibilidades a alimentos, debido probablemente a la disminución de la inmunidad y a problemas de permeabilidad intestinal.
Funcionamiento errático del esfínter del esófago inferior: del esfínter del esófago inferior se abre cuando no debe, lo cual ocasiona reflujo gástrico, conocido como si es estomacal.
Favorece la resistencia la insulina: el estrés crónico de bajo nivel puede hacer que las células afectadas no respondan a la insulina, factor que contribuye a la diabetes, el aumento de peso, las cardiopatías y el envejecimiento.
Disminuye la masa muscular, lo que implica una mayor acumulación de tejido adiposo y un metabolismo más lento.
Disminuyen las eicosanoides: en este importante grupo de hormonas controladoras están comprendidas las prostaglandinas, los tromboxanos y los leucotrienos. Influyen en el nivel de energía y en numerosas funciones metabólicas.
Existe mayor riesgo de osteoporosis: se ha demostrado que la densidad ósea disminuyen las mujeres estresadas y deprimidas. El estrés hace que aumente la excreción en la orina de calcio, magnesio y boro.
Aumenta el estrés oxidativo: provoca envejecimiento prematuro. Es un precursor de numerosas enfermedades.
Descienden las hormonas sexuales: puede implicar la reducción de la libido o apetito sexual, ante la energía y de la masa muscular.
Desciende la función renal: implica una mayor toxicidad, desequilibrio electrolítico, retención de agua, cardiopatías.
Disminuyen las mitocondrias: éstas son las encargadas de producir energía las células. Cuando disminuye el número total de estos minúsculos órganos los celulares, producimos literalmente menos energía. Puede dar lugar a la fatiga crónica.
Y para finalizar, aumenta la inflamación: esta es la base de muchas dolencias importantes, con inclusión de las enfermedades cerebrales y cardiacas.


Basado en el libro LA DIETA DEL SOSIEGO (comer por placer, para obtener energía y para adelgazar) , escrito por Marc David .

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