Cuando realizamos dieta el objetivo de todos es perder unos kilos que nos permitan ver mejor. Sin embargo, no sé si todos somos conscientes del cuidado de una parte fundamental de nuestro cuerpo: la piel, que puede verse afectada por una dieta insana q una rápida pérdida de kilos.
Es cierto que en el mercado podemos encontrar productos a base de colágeno que pueden ayudar a regenerar y nutrir nuestra piel desde el exterior.
Xhekpon cosmética colágeno se nos presenta como una alternativa a otras marcas con precios más elevados y con una amplia gama de productos que cubren las necesidades de todas las partes de nuestro cuerpo como Xhekpon crema antiarrugas, Xhekpon contorno ojos y labios, Xhekpon Mask, Kondenset Champú colágeno... cuya función será la de hidratar, revitalizar y nutrir nuestra piel para minimizar la formación de las arrugas.
Sin embargo, en el artículo de hoy queremos dejar claro que el cuidado de nuestra piel debe empezar desde dentro, debemos aportar a las células los nutrientes necesarios. Y es algo que no debemos olvidar cuando nos animamos a probar dietas relámpago o que prohíban ciertos alimentos.
Se acusa un déficit de vitaminas, minerales, oligoelementos, enzimas y hormonas, las sustancias que precisa para la regeneración celular, un metabolismo energético saludable y para protección frente sustancias tóxicas de radicales libres, porque no sólo nos causa trastornos de la salud general, como una disminución en el rendimiento, falta de concentración, tendencia a las infecciones, sino que también se refleja en la piel. Ésta aparecerá con aspecto pálido, cansado y con tendencia al envejecimiento prematuro.
La vitamina A constituye la vitamina de la belleza ya que, aparte de las funciones que desempeñan en el sistema inmunológico, tiene una importancia vital para la salud y las mucosas. La vitamina A puede combatir agentes patógenos como virus, bacterias y hongos de forma eficaz, favoreciendo funciones clave de la defensa del organismo.
Además estimula las células que producen las mucosas, proporcionando la humedad necesaria a las mucosas del tracto gastrointestinal, las vías respiratorias, los conductos urinarios y los órganos genitales. Si no se encuentra en las cantidades necesarias, las mucosas se secan, pierden su función protectora y de defensa natural y se vuelve más vulnerables a los agentes patógenos y las irritaciones.
En la piel favorece los procesos de crecimiento y renovación de las células epidémicas y asegurarnos función protectora y de barrera óptima. Con un aporte suficiente de vitamina A, las células de la piel se regeneran más rápidamente, las células muertas se eliminan a un ritmo mayor y las nuevas se sintetiza mejor. De esta forma, la piel tiene un aspecto más joven, suave y terso.
Otra vitamina de gran importancia para la salud de la piel, el cabello y uñas es el pantenol. Esta vitamina hidrata la piel de forma óptima, fijando el agua de las capas cutáneas más profundas. Las pieles secas y sensibles recuperan su tersura y suavidad si se tratan con productos que contengan pantenol, puesto que estimula el metabolismo celular y acelera la regeneración de las células y al mismo tiempo tiene un efecto balsámico y curativo. Su capacidad de fijar el agua también es beneficioso para proteger el cabello de la sequedad debido a un exceso de sol o empleo de secador.
Otra vitamina que forma parte del complejo vitamínico B pero que se le asigna el nombre de vitamina H es la Biotina. Un déficit se manifiesta a través una piel pálida y poros grandes, cabello sin vigor y uñas frágiles. La biotina contiene azufre, una sustancia indispensable para la formación de una estructura sana de la piel, el cabello y las uñas.
Asimismo, interviene en la regulación del metabolismo de los lípidos de la piel. Si se da una carencia esta vitamina, se incrementa la producción sebácea, el cabello la piel se vuelven grasos, aparece la descamación y aumenta la tendencia a los granos.
Otra vitamina vital sería la vitamina C que pertenece al grupo de los antioxidantes, sustancias que protegen las células de la actividad estructural de los radicales libres. En la piel se encarga de la óptima curación de las heridas y de la adecuada formación de la estructura del colágeno, es decir, las fibras elásticas del tejido conjuntivo que confieren firmeza y tersura a la piel. Una pérdida de fibras de colágeno podría atribuirse a una carencia de vitamina C. En este caso, el tejido conjuntivo pierde elasticidad, se forman arrugas, y la piel envejece de forma prematura.
La vitamina E participa en la regeneración celular, alarga la vida de las células, favorece la irrigación y evita la formación de coágulos en los vasos sanguíneos. Mejorar el aspecto general de la piel y acelera su curación.
Si hablamos de minerales, el calcio colabora con la vitamina C en la formación de la estructura de fibras de colágeno del tejido conjuntivo.
El magnesio no sólo coopera con el calcio sino que asiste a las vitaminas B de los ácidos grasos esenciales en la protección de la piel. Ayuda en la reparación de los daños celulares, refuerza la capacidad de regeneración celular, estimula la actividad muscular y nerviosa y tiene un efecto regulador del metabolismo hormonal.
El zinc asiste la acción de la vitamina A, que el organismo sólo puede aprovechar adecuadamente si el zinc se encuentra en cantidad suficiente. Favorece la regeneración de la selva de la piel, interviene la curación de las heridas, acelera el crecimiento del cabello y las uñas de las manos y mantiene la piel y las mucosas en buen estado. Un déficit puede traer mayor vulnerabilidad a las infecciones así como trastornos hormonales.
Los bioflavonoides se incluían en el grupo de vitaminas bajo el nombre de vitamina P. Gracias a sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes constituyen un excelente nutriente para la piel al proteger las células cutáneas de los radicales libres, mejorar la irrigación en los pequeños capilares y contribuir esta forma la regeneración de la piel. Algunos son capaces incluso de fijarse a fibras de colágeno que reforzar así la elasticidad del tejido conjuntivo.
Éstos son algunos de todos los nutrientes que necesita nuestra piel para un buen funcionamiento.
Entre los alimentos que afectan a nuestra piel nos encontraríamos la carne muy frita o ahumada y embutidos grasos, pescado ahumado, platos muy condimentados con especias y salados, alimentos en conserva, salsas grasas o con azúcar y condimentos, comida rápida, productos a base de harina refinada, bebidas azucaradas...
Por el contrario, verduras, ensaladas de hortalizas de hoja, hierbas aromáticas frescas, frutas... serían los mejores aliados para nuestra piel. Tampoco debemos dejar de lado la leche y productos lácteos, cereales en grano entero, frutos secos, pescado fresco, carne magra y de ave en un consumo moderado, agua e infusiones de hierbas. En realidad, la base de una dieta equilibrada y sana.
Fuente del artículo: CUIDA TU PIEL/THE CARE OF YOUR SKIN
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