sábado, 28 de abril de 2012

ADELGAZA MIENTRAS DUERMES

Hace algo más de un año encontrábamos un libro con un título sugerente: ADELGAZA MIENTRAS DUERMES.
¿Quién no desea eso? Así que no dejamos de echar un vistazo a este otro nuevo libro ADELGAZA MIENTRAS DUERMES en esta ocasión de otros autores: Detlef Pape,Rudolf Schwarz,Elmar Trunz-Carlisi,Helmut Gillessen, publicado en 2009, aunque han sacado otro nuevo libro con fecha más reciente.

A lo largo del libro veremos como menciona esta dieta como la dieta de disociación para la insulina.
Otros autores que vuelven a otorgar a la insulina un papel fundamental en la subida o bajado de peso.
La descomposición de los nutrientes en el organismo, al igual que el almacenamiento de las grasas, están regulados por una hormona fabricada en el páncreas, la insulina. Todas las sustancias que ingerimos llegan hasta el lugar donde serán utilizadas si la insulina actúa como llave que abre las puertas. Cuanto más azúcar contenga una comida, más subirá la glucemia y más intensa será la reacción de la insulina.
Sobre todo la combinación de hidratos de carbono y proteínas de origen animal provoca una enorme respuesta insulínica.
Lo que pretende esta dieta de disociación de insulina es el consumo de estos nutrientes en distintos momentos del día y no combinados, consiguiendo, nos dicen, interrumpir el almacenamiento de la grasa y optimizar la combustión de la misma.
Durante la noche se produce una abundante secreción de hormona de crecimiento para que durante el sueño se puedan llevar a cabo procesos de regeneración y reparación. También durante este proceso consume la reserva de grasa, lo que nos permite adelgazar durmiendo.

Existe un permanente intercambio de señales nerviosas, hormonas y neurotransmisores entre el cerebro, los centros del hambre y de la saciedad, el tracto digestivo y diversos tejidos, a partir de del cual se indica constantemente qué falta y dónde para cubrir las necesidades.
Y a todo esto podríamos añadir también muchos otros elementos tales como hormonas del estrés, hormonas de la felicidad, termorregulación, hormonas sexuales y muchos otros más.
No debemos olvidar que nuestro sistema nervioso vegetativo, que es el que regula el metabolismo y el funcionamiento de los órganos, intenta lograr permanentemente un equilibrio entre acción y reposo.

La dieta disociada de insulina nos permite prácticamente comer de todo aunque deberemos mantener la norma de separar por la mañana y por la noche.

Durante la actividad diaria, el metabolismo humano necesita carbohidratos de fácil digestión. Durante el sueño y ejercicio de resistencia consumimos más grasa de nuestra reserva. Este ciclo está regulado por el cambio de luz y oscuridad así como los cambios de temperatura e iluminación que se producen a largo del año.
Además de estos factores externos, otros internos regulan nuestro rendimiento individual, nuestra mente, funciones físicas, procesos de reproducción y regeneración...

La idea básica de esta dieta sería en alimentarlos por la mañana consumiendo exclusivamente carbohidratos para conseguir un mayor rendimiento metabólico.
A mediodía no sería preciso una dieta disociada, la insulina hace que carbohidratos y proteínas animales pasen a la masa muscular. Durante el día, aumenta la actividad y el número de receptores insulina por lo que no se acumulan nutrientes en las células grasa.
Por la noche deberíamos consumir principalmente proteínas que nos ayuden a regenerar nuestro organismo y que no contiene carbohidratos, ya que ello facilitará el aumento de peso al acumularse la grasa.
Leemos que mientras dormimos, quemamos grasa siempre que nada impida la combustión de la grasa. Sin embargo, una cena tardía y a base de carbohidratos, atrae a la insulina y está bloqueada combustión nocturna de grasa durante cinco horas más.

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