sábado, 11 de septiembre de 2010

UN COMENTARIO A TIEMPO

Hoy me siento en la obligación y quiero aprovechar para daros las gracias a todos los que habéis dejado algún comentario.
Y no lo digo por ser cortés y quedar bien, sino porque, seguramente sin pretenderlo, me habéis aportado el ánimo y las fuerzas necesarias para continuar con este blog.
Quizás parezca y suene un poco exagerada pero no es así, en más de una ocasión me he preguntado si valía la pena, y vosotros me habéis dado la respuesta. 
Me recuerda a cualquier plan de adelgazamiento, siempre se pasa por alguno de esos momentos en los que uno abandonaría todo... es entonces cuando un empujoncito es imprescindible. Un simple «te veo más delgada/o» puede darnos alas para no tirar la toalla y en este caso han sido vuestras palabras las que me han ayudado a darme cuenta que quizás voy por el buen camino.
No soy médico, lo he dejado claro en muchas ocasiones, aunque sí tengo algunas nociones por los estudios cursados, que aunque con los años las neuronas se pierden y no recuerdo ya ni un tercio de lo que aprendí , me permiten tener una cierta orientación para saber un poco por dónde indagar, y una gran profesora, la propia experiencia.
Es obvio que no a todos nos van bien ni nos gustan las mismas cosas. El placebo también juega una baza importante aunque, ¡bienvenida, si lo hace a nuestro favor! Sin embargo, si bien es cierto que jamás seremos categóricos con productos o sustancias que no hayamos probado y no sepamos de estudios certeros que lo contraindiquen, sí pondremos en cuarentena, no porque vayan a ser perjudiciales sino porque su efectividad sea más que cuestionada.
Y hago hincapié sobre este tema porque en algún momento he tenido la sensación de que, más que escéptica, llevaba la contra por norma. He dejado algún artículo sin finalizar por esta razón, pero creo, y gracias a vuestros comentarios, que si muchas voces los ensalzan, a menudo por repetir textualmente lo que dicen otros, en ADELGAZAR SIN SUFRIR los pondremos al menos en duda, lógicamente, siempre que esa duda sea razonable.
No soy muy partidaria del uso de ciertas sustancias porque más importante que adelgazar es mantenerse, así que deberemos amoldar nuestra dieta y nuestro mundo a hábitos más saludables.
Imaginemos que ingerimos una pastilla para evitar la absorción de grasas. Quizás su uso esporádico podría resultar útil, por ejemplo, en una celebración siempre cometemos excesos, no hablo de calorías, hablo de grasas: patatas fritas, pastel de nata... ¡HUMMM!
Pero no podemos asimilar dieta a pastilla, porque es fácil que acabemos volviéndonos unos obsesos: no comer, si no hay pastilla. Además, la grasa no sólo aporta energía al cuerpo sino que con ella también consumimos ciertas vitaminas, de manera que como todo en esta vida, sin excesos y en su justa medida.
Además, no sólo nos engordan las grasas, el ejemplo puede estar en ese refresco de cola que todos conocemos, Coca-Cola, las grasas son insignificantes pero adelgazar, no adelgaza...las calorías se desbordan y no por la grasa, así que en este caso la efectividad por ejemplo del xenical sería nula. Deberíamos entonces buscar una solución para eliminar o evitar la absorción de hidratos de carbono (azúcares), tomando otra pastilla contra ellos... y quién sabe si después no sería para las proteínas... para eso es mejor comer sólo una pastilla con el aporte necesario ingredientes. ¿Qué tal suena? ¡Horrible!

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