sábado, 23 de julio de 2011

¿ERES UN CONSUMIDOR COMPULSIVO?

¿Por qué comer si no tenemos apetito?
Ésa es la pregunta fundamental que nos formulan en el libro LA OBSESIÓN DE COMER. Si lo pensamos bien, comer es un acto fisiológico, necesitamos aportar energía a nuestro cuerpo, pero como también se dice, tenemos que comer para vivir y no vivir para comer.
Claro que eso no es tan fácil cuando disfrutas con la comida. Porque sí, seguramente si has venido a parar a esta página es porque también para ti la comida es un placer.
¿Qué pretendemos conseguir cuando hacemos una dieta? Lo primero, bajar de peso para vernos bien y sentirnos mejor.
Nuestro segundo objetivo debería ser mantener ese peso. Eso qué significa, ¿qué debemos estar en continua dieta? Mi respuesta seguramente sería que sí, aunque a niveles diferentes yo lo compararía con lo que sucede con un alcohólico o con un fumador, es una enfermedad de por vida que deberemos controlar.
Claro que la perspectiva que nos dan en este libro es algo diferente. Por ejemplo nos dicen que controlarse significa comer alimentos prescritos por otros y de acuerdo con unas reglas: es decir, lo que hacemos cuando seguimos un régimen. Curarse significa no necesitar más reglas y restricciones en la comida... hacer las paces con la comida, hacer las paces con usted mismo y volver al peso que le corresponde.
¿Quién no desea eso? Echemos pues un vistazo a algunas de las nociones que se exponen.
Si usted dirige la mano o la mente hacia la comida cuando no tiene hambre es, según nuestra definición, un consumidor compulsivo. Usted se siente compelido (obligar a uno que haga lo que no quiere mediante fuerza o intimidación) a pensar en la comida o en cómo está su cuerpo, en situaciones en las que tales pensamientos no tienen un lugar lógico. Usamos el término compelido porque sabemos que usted no tiene control sobre sus pensamientos surgen mensualmente en forma inesperada. De pronto siente la urgente necesidad de comer algo... Si usted es un consumidor de este tipo, se pasa los días luchando contra el deseo de comer algunos días se vean su deseo y se recrimina por su falta de voluntad lo otras veces, se resiste al deseo y se siente virtuoso y digno de alabanzas. En ciertos días, sin embargo, gran parte de su vida mental y de su energía está absorbida por pensamientos acerca de su alimentación, su peso y los planes para controlar...
los consumidores compulsivos tienen todas las formas y tamaños y llevan vidas emocionales de todo tipo. Lo único que poseen en común es su obsesión por la comida y el peso. Esta doble preocupación por la comida y las corporal del sello distintivo de la alimentación por ansiedad...
Los consumidores compulsivos no son necesariamente gordo, ni todos los gordos son consumidores compulsivos...
Buscan comida cuando no tienen hambre fisiológica, y si bien comienzan a comer cuando tienen apetito, siguen comiendo hasta después del punto de saciedad fisiológica.
Definimos el sobrepeso, aquel peso que refleja el hecho de comer en exceso sobre las necesidades del cuerpo... definimos el peso como el peso natural al que usted volverá cuando se haya curado de su hábito de comer compulsivamente.

Creemos que cada vez que recurre a la comida sin tener hambre, usted está tratando de darse ante una supuesta dificultad. Consideramos que esa necesidad de comer en sus momentos es una señal de que algo le está molestando... este proceso de comer por ansiedad le enmascara el verdadero problema que le perturbea. Y, para colmo, está convencido de que el problema está en la comida y en el peso.
[...] Hay consumidores compulsivos de muy distinta especie. Se presentan con toda una variedad de problemas... pero comparten algunos factores en común:
Primero, comparten un modo particular de tratar la ansiedad: se aferran a la comida luego comparten las consecuencias de tratar la ansiedad de esta manera después de años de comer compulsivamente y de seguir dietas en forma crónica, se han desconectado de la experiencia de comer cuando se tiene hambre... el núcleo del problema. Pero también ahí está la solución.
Proponemos que los consumidores compulsivos comiencen su propia curación... deben volver a relacionar alimento y hambre. Cuando logran hacerlo se produce un mayor impacto sobre sus problemas vinculados con la tranquilidad y, como resultado, tienen menos necesidad de recurrir a la comida para calmar la ansiedad. Cuando logran vencer su adicción a la comida, también pierden peso.


Texto recogido en el libro LA OBSESIÓN DE COMER, escrito por Jane R. Hirschmann y Carol H. Munter.

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