jueves, 23 de mayo de 2013

OPERACIÓN BIKINI 2013

A lo largo del año se lanzan diferentes libros que nos aseguran poder adelgazar siguiendo tal o cual método.
Ahora que se aproxima la operación bikini, lógicamente, no podía ser menos, y uno de los últimos que nos hemos encontrado viene bajo el título FAST DIET.
No me extraña que todos los que queramos adelgazar probemos todos los sistemas para ver si encontramos uno que realmente nos permita hacerlo y, lo más difícil, podamos mantener nuestro peso, aunque a veces puedan parecer disparatados.
De la promoción del editor entresaco algunas líneas:
  • Comer con normalidad durante cinco días a la semana y estar en ayuno controlado, con un desayuno y una cena temprana ligeros, durante dos días no consecutivos.
  • Reducir la ingesta de calorías durante 48 horas a la semana (500 calorías para las mujeres y 600 para los hombres).
  • Está científicamente comprobado que, siguiendo estas directrices a lo largo de un año completo, se pierden 10 kilos como mínimo.
Francamente, no tengo por qué no dar validez a esta teoría y sí a la de otros nutricionistas.
Siempre se menciona el término científico, creo no equivocarme, para ponderar unas pruebas que presiento ninguna debería llevar el calificativo de concluyente.
En definitiva, no me conformo que me hablen de científico, necesito estudios que se hayan puesto en marcha desde hace años, de gente que haya perdido y mantenido después su peso, ya que en caso contrario la investigación estaría coja y, al menos yo, la consideraría poco más que una estadística.
Este rollo sin gran sentido viene por la sensación que he tenido al conocer la existencia de este libro y su idea inicial. Me he preguntado: ¿cómo puedo fiarme de ningún nutricionista?
No quiero decir ni arengar a nadie a empezar a hacer dietas sin seguir un control médico, sería una tontería. Pero, ¿qué lógica puede haber en dietas con teorías totalmente contrarias?
La idea del cazador ancestral sirve de ejemplo a diferentes autores, aunque cada uno la adapta a su conveniencia. Unos nos han dicho que debemos comer verduras y frutas, que era de lo único que el hombre podía abastecerse. También nos dirían que son alimentos no procesados y con un índice glucémico bajo.
Otros nos decían que después de etapas de ayuno, el cuerpo absorbía como un loco todo lo que podía, razón por la que nos engordábamos. También se menciona el efecto de las emociones que dificultan la pérdida de peso.
Ahora, el caso es diferente, conviene hacer ayuno.
En definitiva, si me imagino en la época prehistórica, la idea es la de correr como si nos persiguiera un mamut o un dinosaurio, comer las frutas y verduras que tengamos la suerte de encontrarnos en el campo, vivir aislados de la civilización para evitar el estrés y pasar hambre como mínimo dos días a la semana.
No sé vosotros, pero no me parece un plan tentador.

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