jueves, 18 de noviembre de 2010

PLANTAS MEDICINALES... ¿O NO TANTO?

Son muchas las páginas y los anuncios de productos que nos los venden como naturales porque contienen básicamente plantas y que, en teoría, pueden ayudarnos a perder kilos, por ejemplo, por su poder saciante.
Somos muchos también los que preferimos el consumo de productos naturales en lugar de medicamentos, solemos creer equivocadamente que no interfieren o no tienen ningún riesgo para nuestra salud. Sin embargo, no siempre existen estudios que confirmen que el consumo esté exento de riesgos, especialmente si tenemos que seguir algún tratamiento médico.
Nos parece interesante por tanto resumir los puntos más interesantes que se recogían en un artículo de Información Terapéutica, publicado hace ya un par de años por el Sistema Nacional de Salud (España) bajo el título RIESGOS DE LAS PLANTAS MEDICINALES EN USO CONCOMITANTE.
¿Por qué? Creo que la información que se explica debería ser tenida en cuenta por todos, pero en especial porque se hace mención de plantas que son empleadas para disminuir nuestro apetito o el té verde.

Existe la falsa percepción de que los productos a base de plantas son inocuos e incluso ventajosos por su supuesto carácter “natural”, razonamiento poco compatible con el hecho de que su efecto terapéutico se atribuya a su contenido en principios activos con actividad farmacológica.
Actualmente existen en nuestro país productos de diversa procedencia y características. Existen productos considerados “medicamentos a base de plantas”, con autorización como tales por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios, de venta exclusiva en farmacias y a los que se les reconoce una indicación terapéutica. Existen también muchos productos de origen vegetal que no son medicamentos aunque vienen presentados y envasados en un aspecto similar, de venta igualmente en farmacias aunque también pueden ser vendidos en parafarmacias y herboristerías.
También encontramos plantas medicinales presentadas de una forma más “natural”, a granel, preferiblemente en herboristerías o incluso en puestos ambulantes. Y por último, no hay que olvidar que existen medicamentos de prescripción médica cuyo principio activo es también de origen vegetal pero sin embargo ha respondido a los criterios de eficacia y seguridad habituales para los medicamentos, independientemente de si son de origen químico, animal, vegetal o biotecnológico.
Pero en la práctica, todos los productos a base de plantas medicinales, y no sólo aquellos pocos que tienen la consideración de medicamentos, son vendidos en las farmacias o demás establecimientos respondiendo a la demanda de efectos terapéuticos por el público. Los efectos terapéuticos buscados pueden ser laxantes, hipnóticos, diuréticos, antidepresivos, o incluso remedios mágicos para dejar de roncar, síntoma que genera el consumo de múltiples productos, a menudo sustituyendo a diagnósticos y tratamientos médicos apropiados.
Existe la percepción de que los productos “naturales” son inocuos en lo referente a efectos secundarios y ventajosos, por su supuesto carácter «natural», frente a los principios activos utilizados por la medicina tradicional.
Así, no ha sido hasta hace algunos años en que se ha identificado la nefrotoxicidad grave e irreversible causada por algunas plantas medicinales (género Aristolochia) de uso tradicional sobre todo en China, pero también en Europa... Más recientemente, la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios ha retirado una especialidad farmacéutica a base de té verde (Exolise®) que estaba indicada para el tratamiento complementario de las dietas de adelgazamiento en personas con exceso de peso a raíz de la notificación de 4 casos en España y 9 en Francia de hepatotoxicidad grave atribuida a este producto.
Se han notificado en los productos a base de plantas medicinales problemas de confusión entre unas plantas y otras, contaminación con pesticidas y metales pesados así como con medicamentos.
existen los suficientes casos documentados para recomendar una actitud vigilante, especialmente cuado los pacientes se tratan con medicamentos con potencial para provocar interacciones clínicamente relevantes (anticoagulantes, antiepilépticos, antiretrovirales, inmunosupresores, etc).
Así, todas las plantas que poseen efecto laxante por aumentar el bolo intestinal (sen, cáscara sagrada, plantago ovata, fragula, anís verde,…) podrían disminuir la absorción de determinados medicamentos (calcio, hierro, litio, digoxina y anticoagulantes orales). En aquellos productos con una actividad farmacológica identificada son posibles las interacciones debidas al efecto aditivo de plantas con medicamentos habituales, como por ejemplo los productos con efecto antiagregante plaquetar o los hipoglucemiantes.
Uno de los más recientes ejemplos de interacción documentada ha sido la interacción con el hipérico (conocida como hierba de San Juan)... Se han publicado varios casos con sospecha de interacción con digoxina o anticoagulantes orales... Dada la relevancia de estos datos parece prudente no asociar hiperico a ningún fármaco de metabolismo hepático.

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